Si llevas mucho tiempo tomando café, es probable que te hayas dado cuenta de una cosa. Si no remueves tu café, el primer sabor que percibes, en el primer sorbo, es totalmente distinto al que puedes percibir cuando estás acabándolo. Como decimos: siempre y cuando no hayas removido tu café. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo es posible encontrar varios sabores y tan distintos en una misma taza de café? ¡Te contamos más!
Esto suele suceder por una razón clara: el primer chorro de café que se obtiene al preparar un espresso es mucho más viscoso y tiene un peor sabor que los que le siguen. Asimismo, se trata de un «líquido» algo más aguado y su concentración de café suele ser mucho menor. Pero entonces… ¿Hay que remover el café? ¡Pues para gustos están los colores! Hay quienes afirman que sí y quienes aseguran que eso es lo último que se debe hacer.
Además, esta diferencia puede notarse mucho más en el café espresso. ¡Pruébalo y nos cuentas! 😉