Según un estudio publicado por el Journal of Environmental Psychology, el aroma del café genera una sensación de alerta mental aunque ni siquiera se beba. En este caso, los investigadores separaron a 114 estudiantes en dos grupos.
Al primer grupo se lo expuso al aroma del café y al segundo grupo se lo dejó sin aroma.
Los primeros resolvieron problemas matemáticos complejos con mayor facilidad que los segundos. Eternamente vinculado con las actividades intelectuales, el café provocaría un efecto placebo entre aquellos que detectan su presencia.