Un buen grano de café lo es porque reúne múltiples características que le hacen casi único. Una de ellas es el grado de humedad del que dispone. Este porcentaje varía según algunos aspectos; no obstante, de forma general, se debe ubicar entre el 10 y el 12% de humedad cuando los granos ya estén listos para su almacenamiento y envío.
Una humedad por debajo del 8% haría que el grano no contenga prácticamente sabor, mientras que si tiene por encima del 12% sería un hábitat perfecto para el desarrollo de hongos y otros microorganismos.
Como decimos, esto puede depender del tipo de café. Por ejemplo, existe un tipo de café de especialidad que contiene un alto grado de humedad de forma deliberada. En ese caso, el grado de humedad está controlada y, de hecho, influye en la altísima calidad de los granos de café.