Ya te anunciamos la semana pasada que, en esta, te hablaríamos de los tipos de procesos del café. En concreto, existen tres tipos principales: el lavado, el semilavado o honey y el natural. Estos conceptos hacen referencia a las formas o tipos en los que el café ha sido procesado durante toda su historia; es decir, la manera en la que el café se extrae de su cereza, entre otras cosas. ¡Te contamos qué significa cada uno de ellos!
El proceso lavado es aquel que se centra en el grano y que consiste en despulpar las cerezas una vez que ya se han cogido. Se les quita la carne, se lavan los granos, se dejan fermentar y, por último, se secan. El resultado es un café algo más amargo y con menos cuerpo, pero con un sinfín de matices de sabor.
El proceso natural es el que consiste en que, al coger las cerezas del café, estas se dejan secar sin despulpar. Es decir, primero se seca y, por último, se separa el grano de la cereza. El resultado es un tipo de café mucho más dulce y con más cuerpo. Es uno de los tipos de café más ecológicos que podemos encontrar en el mercado. ¡No dejes confundirlo con este café natural!
Por último, el proceso semilavado es aquel que se encuentra a medio camino entre los dos anteriores. Es el conjunto de numerosas técnicas distintas: unas pertenecientes a cada tipo de proceso anterior. Por ello, su tratamiento dependerá mucho de quien lo haga. Su nombre honey viene determinado por sabor dulce, que se consigue al despulpar las cerezas y dejarlas secar al sol junto al mucílago. Este es una sustancia pegajosa que se encuentra en la cereza y que aporta dulzor.